EL AMOR

es mandamiento, así pensaba

Kierkegaard. Mejor será

–pienso yo– amar, sin hacer                          

caso de ese mandamiento.

Reconociéndose

el alma con el alma,

respondiendo

la sangre a la sangre,

sin saber, en pleno

vuelo –hacia arriba

o hacia abajo–,

cuál habrá de ser

el lugar de destino.



Hispaania keelde tõlkinud:

Versión de   Albert Lázaro-Tinaut